Para reemplazar una arandela en un grifo de lavabo de latón, puede seguir estos pasos generales:
Reúna las herramientas necesarias: normalmente necesitará una llave ajustable, un destornillador (Phillips o de cabeza plana, según el grifo), una arandela de repuesto que coincida con el tamaño y el tipo de la existente, y un paño o toalla para proteger la superficie .
Cierre el suministro de agua: Ubique las válvulas de cierre de agua debajo del fregadero y gírelas en el sentido de las agujas del reloj para cerrar el suministro de agua al grifo. Si no hay válvulas de cierre individuales, es posible que deba cerrar el suministro de agua principal de la casa.
Libere cualquier presión de agua restante: Abra el grifo para aliviar la presión restante en las líneas de agua. Este paso ayuda a evitar fugas excesivas de agua al desmontar el grifo.
Retire el mango: use un destornillador o una herramienta adecuada para quitar el tornillo que sujeta el mango en su lugar. Deje el tornillo a un lado y retire con cuidado la manija del grifo tirando o girándola. Algunas manijas pueden tener una tapa decorativa que cubre el tornillo, que puedes quitar suavemente con un destornillador de cabeza plana.
Acceda a la arandela: una vez que se retira el mango, debe tener acceso al conjunto del vástago. En algunos grifos, es posible que deba desatornillar una tuerca de retención o un collar para exponer el vástago y la arandela.
Vuelva a colocar la arandela: Ubique la arandela al final del conjunto del vástago. Puede mantenerse en su lugar con un tornillo, una tuerca o comprimirse entre dos partes. Retire la arandela vieja y reemplácela con la nueva. Asegúrese de que la nueva arandela sea del mismo tamaño y tipo que la anterior para garantizar un ajuste adecuado.
Vuelva a armar el grifo: Invierta los pasos tomados para desarmar el grifo. Vuelva a colocar el ensamblaje del vástago en el cuerpo del grifo, vuelva a colocar las tuercas o collares de retención y asegúrelos firmemente. Vuelva a colocar el mango en el vástago, alineándolo correctamente y asegúrelo con el tornillo.
Abra el suministro de agua: Una vez que todo esté reensamblado, abra gradualmente el suministro de agua abriendo las válvulas de cierre. Verifique si hay fugas alrededor del grifo y las conexiones de la manija.
Pruebe el grifo: abra el grifo y deje que fluya el agua para verificar si la nueva lavadora ha resuelto el problema. Asegúrese de que no haya goteos ni fugas. Si es necesario, realice pequeños ajustes en el conjunto del mango o del vástago para lograr un sellado adecuado.
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